La capital del estado más meridional de Brasil podría sufrir otras graves inundaciones, lo que agravaría la situación de medio millón de personas obligadas a abandonar sus hogares inundados.
El servicio meteorológico nacional INMET informó de que en lo que va de mes han llovido más de 630 mm (25 pulgadas) en algunas zonas del estado de Rio Grande do Sul, más que el promedio anual de precipitaciones en Londres.
Las aguas del lago Guaiba, que se desbordó e inundó la capital del estado, Porto Alegre, han vuelto a subir esta semana hasta los 5,22 metros, muy por encima del nivel de inundación de 3,0 metros y cerca del récord histórico de la semana pasada de 5,33 metros.
Meteorólogos e ingenieros de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS) dijeron que los niveles de agua podrían estabilizarse o seguir subiendo si vuelve a llover. Según comparaciones históricas, podría pasar un mes antes de que el agua retroceda por debajo de los niveles de inundación.
Las inundaciones han devastado decenas de ciudades del interior de Porto Alegre, donde el centro de la ciudad permanece bajo el agua, causando al menos 148 muertos y 124 desaparecidos.
Más de 267.000 domicilios siguen sin electricidad y 159.000 personas han perdido el acceso al agua, según las autoridades estatales.
Una previsión inicial del Instituto de Investigaciones Hidráulicas (IPH) de la UFRGS sugería que el agua podría tardar 35 días en volver a sus niveles normales, basándose en la anterior peor inundación de 1941, cuando alcanzó los 4,76 metros. Se espera que los afluentes aguas arriba se normalicen antes.
El lago Guaiba debería volver lentamente por debajo de los niveles de inundación en unas semanas o incluso a mediados de junio, dijo el profesor del IPH Rodrigo Paiva, pero añadió que dependerá del tiempo que haga.
«Eso puede retrasarse si llueve más. En 1941 no tuvimos el repunte que tenemos ahora», dijo el hidrólogo del IPH Fernando Fan.
Las nuevas precipitaciones de los últimos días provocaron una nueva subida del nivel del agua de Guaiba, lo que llevó a las autoridades a advertir a los residentes que no regresaran a las zonas de riesgo.
En el borde de la carretera, donde buscaron terreno elevado fuera de la aldea de pescadores inundada de Paquetá, 25 km al norte de Porto Alegre, los aldeanos vigilan de cerca el nivel del agua.
El 1 de mayo, tras dos días de intensas lluvias, un dique roto inundó la zona a las afueras de Porto Alegre, donde el martes sólo se veían los tejados del pueblo.
Fuente NA – Reuters